Cuánto hace que te busco
en lo claro y en lo oscuro,
en lo llano, en lo profundo,
dentro y fuera de este mundo,
Cuánto hace que hallé
con la ayuda de la fe,
un amor incomparable,
por lo grande, inexplorable.
El que a mí me lo ofrecía,
con voz tierna me decía,
que en su amor podía confiar,
que Él nunca me iba a fallar.
Y yo me entregué confiado,
me encontraba anonadado,
y me aferré fuerte a ese amor,
quizás por ser yo menor.
Porque ahora estando crecido,
debiendo estar más convencido,
surgieron en mi alma dudas
¡¡¡Oh por Dios que locura!!!
No entiendo la razón
por la cual mi corazón
habrá cerrado sus puertas
y endureció como piedra.
Pero tengo la esperanza
que conforme el tiempo avanza
habrá un rayo de luz,
algún cambio de actitud.
Un guía en el camino,
que me devuelva al destino,
que no debí abandonar,
¡Nunca debí razonar!
Dios de gloria y de honra
no quiero seguir siendo esponja
¿Qué cuesta ser un Águila real?
¿Qué vale ser clase especial?
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