Día Triste

Sábado 08-09/2007

Ha salido el decreto
que promulga que el día de hoy es triste;
que el sol no esconderá su resplandor
y cualquier asomo de tinieblas
resplandecerá al acercarse a mí.
No habrá música,
no habrá lectura,
no habrá escritura, solo una poesía más
y sellaré el cuaderno indefinidamente.
Habrá risas fingidas,
mirada perdida,
poca concentración, sarcasmo al por mayor,
quizás invite a Leviatán
si veo que no puedo aguantar,
aunque él se invita solo.
Cero lagrimas, nada de ansias,
ausencia de esencia.
Voz pausada, movimientos lentos,
sin preocupaciones,
sólo agonía, no pensamientos suicidas,
sino homicidas.
Beberé, comeré, respiraré y me untaré tristeza
hasta elevarla a su máximo nivel.
Buscaré los motivos más tontos
para retenerla conmigo,
haré cosas que no me gustan,
buscaré al fastidio y lo consentiré;
me vestiré de colores;
retaré a la tentación
y me arrepentiré, como en el pasado,
de no hacer nada;
me prometeré cosas que no podré cumplir,
fantasearé con utopías,
no cederé ante el deseo,
me burlaré de mis ganas;
traeré al presente recuerdos no gratos,
dejaré ir toda ilusión,
devolveré el optimismo prestado,
desecharé la libertad del amor,
cortaré las alas,
tendré los ojos bien abiertos
para cuando caiga, sin esperanzas, sin consuelo,
sin llanto, sin añoranzas…
Para cuando me sumerja
hasta el fondo del lodo
y se despierte lo temible.