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Mostrando las entradas de abril, 2010

REQUIEM III (Incompleta)

En las noches, en las interminables noches escucho el susurro del viento que me llama. Sonámbulo busco el aroma del mar caminando por las solitarias calles, por los oscuros callejones donde máscaras blancas simulando sonrisas flotan en el aire. Una melodía leve, un bullicio estridente, una sonora carcajada, un llanto desgarrador. El ambiente está cargado de humedad, un frio intenso que abraza mis huesos. La luna se perdió de mis andanzas. Recorro rutas desconocidas caminando por la mitad de la calle. Me detengo en parques abandonados e imagino, igual que el parque, que vuelvo a estar bien otra vez, que no pasaré desapercibido. Me siento al pie de un árbol a darle paz a mis piernas, la paz que no tiene mi alma mientras leo a Darío o algunos escritos míos, oscuros relatos que sustentan mi tristeza. No acostumbro a quedarme en un sólo lugar ni a retener la angustia por temor a ahogarme. Vuelvo a vagar hacia el horizonte a buscar el sol que se tragó el o...

...

Discúlpeme usted pero es algo que se despierta, que explota, que se expande, que controla. Discúlpeme usted, yo no soy extrovertido, no es normal en mi la euforia, la pasión descontrolada ni el desenfreno emocional pero hay cosas que a uno no le avergüenzan, que se desvían del razonamiento, que no piden permiso y cuando están presentes ¡Que placer! ¡Que éxtasis! ¡Que excitación! ¡Libertad! No sé qué piense usted, a lo mejor que estoy desquiciado o que soy un vago o un bohemio; quizás piense que estoy bajo el efecto de alguna droga, que no tengo escrúpulos... qué sé yo. Pero no es así señor, si quiere le explico mejor para que me pueda entender. Imagino que alguna vez ha estado usted enamorado, que ha seguido los pasos de alguien sin importarle a dónde va. Imagino también que ignoró sus temores, se volvió tolerante, paciente y hasta altruista; incluso me atrevo a afirmar que fue más allá del límite de sus principios y que se arrepintió en silencio aún siendo correspondido y que se...

Tengo...

"Revelar todo de ti no para avergonzarte sino para que tengas libertad" Tengo un beso guardado justo detrás de mis labios, tengo también dos palabras con las cuales te llamo, tengo a la vez un susurro que a tus oidos añoran y una sonrisa esperando florecer en tus ojos. En las yemas de mis dedos reposan tiernas caricias y en mis manos la fuerza para ayudarte a levantar. En mi hombro hay un pozo para recoger tus lagrimas y en mi pecho una almohada cuando quieras descansar. Incrustado en mi cintura un polo opuesto a la tuya, mis brazos que sin tu espalda ya no se sienten completos. Si mis ojos revelaran el secreto de tu cuerpo desnudo mi alma ya no temería a la eternidad, lo juro.