16 abr 2010

REQUIEM III (Incompleta)

En las noches,
en las interminables noches
escucho el susurro del viento que me llama.

Sonámbulo busco el aroma del mar
caminando por las solitarias calles,
por los oscuros callejones
donde máscaras blancas
simulando sonrisas flotan en el aire.

Una melodía leve,
un bullicio estridente,
una sonora carcajada,
un llanto desgarrador.

El ambiente está cargado de humedad,
un frio intenso que abraza mis huesos.
La luna se perdió de mis andanzas.

Recorro rutas desconocidas
caminando por la mitad de la calle.
Me detengo en parques abandonados
e imagino, igual que el parque,
que vuelvo a estar bien otra vez,
que no pasaré desapercibido.

Me siento al pie de un árbol
a darle paz a mis piernas,
la paz que no tiene mi alma
mientras leo a Darío
o algunos escritos míos,
oscuros relatos que sustentan mi tristeza.

No acostumbro a quedarme en un sólo lugar
ni a retener la angustia por temor a ahogarme.
Vuelvo a vagar hacia el horizonte
a buscar el sol que se tragó el océano.

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