23 nov 2009

Tu Ambición

Estaba yo triste y miserable cuando llegaste a mi
y como quien coge una moneda de la suerte,
me tomaste en tus manos y me enredaste en tus dedos
y me lanzaste al aire... ¡Que felicidad!
Luego me recibiste con paciencia y ternura
para estrellarme en tu otra mano con el sello boca arriba.

No habías conocido, ni conocerás
melancolía mas grande que la mía,
pero en tu ambición de penas
¡Querrás igualarla y no podrás!

No podrás nunca igualar esta soledad,
ni en la recopilación de tus días más amargos.
¡Deja! deja que sufra si acaso ese no es mi fin.

No podrás nunca descender a estos abismos
porque tú tienes luz, porque eres buena en algo...

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