23 nov 2009

En Silencio

Domingo 27 – 05/2007

Hola, te hablo porque te recuerdo aún.
Te hablo porque extraño aún recordarte.
Te hablo porque no he hecho nada más que extrañarte.
Te hablo porque en nada me he convertido.
Te hablo para convencerte que sigo vivo.
Te hablo porque sólo vivo para eso.
Te hablo porque ya no aguanto esta soledad.
Te hablo porque las palabras ya no se aguantan en mi alma.
Te hablo porque he almacenado buenos momentos.
Te hablo porque llegó el momento de hablar.

Te hablo con una hoja de papel en blanco.
Te hablo con un grito en el vacío.
Te hablo con una caricia en tu talón.
Te hablo con un susurro junto al mar.
Te hablo con el lenguaje de los kurdos.
Te hablo con vocablos babélicos.
Te hablo con la madurez de la inconciencia.
Te hablo con señas en la niebla.
Te hablo para que oigas, para que no entiendas, para que no vengas.

1 comentario:

Ariam Félis dijo...

Aveces me pregunto que habrá pasado por tu mente, en quien estarás pensando, en que momentos atormentan tu diario convivir... en si valió la pena perderte en esas experiencias para escribir así... es maravillosa la fuerza que mueve tu mano, poderosa, melancólica, llena de locura... en mi opinión: definitivamente valió la pena!